sábado, 23 de julio de 2011

Oscuridad

Una risa extraña empezó a sonar en la oscuridad, una risa que no le pertenecía. Un tinte cínico le hizo acordar que era suya... bueno, que provenía de ella.
El sonido comenzó a atormentarla, pero no podía detenerse.

En la oscuridad empezó a sentirse sofocada.
Sus emociones eran sus carceleros, todos los sentimientos aletargados hoy eran sus torturadores.

"Necesito que alguien me ayude, me saque de acá" pensaba mientras se recordaba a si misma cómo había alejado a todo aquel que alguna vez la había querido.

"Esta vez no puedo sola" pensaba con impotencia mientras veía como su autosuficiencia era sofocada por su indiferencia.

El odio corrompía todo. El temor le daba la fuerza para gobernar sobre sus otros sentimientos, impulsos y emociones; El amor, tanto tiempo atormentado y sojuzgado, censurado e ignorado era muy débil como para defenderse y lloraba en silencio mientras, caminando despacio, dejaba todo atrás, culpándose por el abrazo que no supo pedir a tiempo.

Y así, en una noche como tantas otras, en el medio de una risa cínica, una mujer perdió su humanidad, su coherencia y se abandono a los únicos sentimientos que había cultivado. El temor y el odio gobernaron su vida, destruyendo todo lo demás.