viernes, 16 de noviembre de 2012

viento y lagrimas

El viento le soplaba en la cara y le alborotaba el pelo, le escocia en los ojos... cerro levemente los parpados y siguio caminando hacia el frente.

Toda su vida supo que este momento iba a presentarse a su debido tiempo. Toda su vida supo que iba a enfrentarse a esta situación y que cada paso que había dado era para acercarse más a esto, su destino.

Llego hasta el borde del abismo y miro al vacío. Calculo la distancia al piso, el tiempo de caída  Lo hizo rápido, durante mucho tiempo ya había estado pensando en ello.

Por primera vez se pregunto cómo iba a hacerlo: ¿saltar?, ¿dejarse caer?, ¿extender los brazos en cruz?, ¿pegarlos al cuerpo?, ¿extenderlos por delante de su cabeza?. Durante un instante se imagino con una mano extendida y la otra doblada sobre el torso al estilo "vuelo de superman" y no pudo evitar que una sonrisa se dibujara en su rostro. Pero al instante recordó la magnitud que tenia lo que estaba a punto de hacer y la solemnidad volvió a encerrar a sus gestos.

Estaba lista, ya no había nada mas, calculo que la forma iba a salir sola, instintivamente. Cerro los ojos del todo y dejo que el viento la empujase... empezó a mecerse en su eje, hasta que en un momento dado, gracias a una señal que sólo ella podía interpretar, soltó a sus pies del piso y calló....

Abrió los ojos y las lagrimas se escaparon de sus ojos, la velocidad las arrancaba hacia los costados, haciendo que queden rezagadas por detrás del cuerpo que se precipitaba a una velocidad cada vez mayor.

Cuando creía que la caída iba a ser eterna, sintió el choque frío y duro contra el agua, un instante en el que no pudo respirar que duro un segundo, pero lo sintió eterno y después el tirón  el rebote hacia arriba y el bamboleo del viento en todo su cuerpo...

Se dejo mecer por la brisa y con una sonrisa todavía en los labios miro hacia arriba. Estiro los brazos hacia abajo y toco el agua con la punta de los dedos, dejo que todo el aire que había contenido en sus pulmones se libere en forma de grito, llanto y risas.

Seguramente no habría un lugar en el cuerpo que no le fuera a doler la mañana siguiente, pero de eso iba a preocuparse el día siguiente.

En ese instante, se sintió feliz y completa.