"No trates de correr más rápido de lo que te dan los pies" le dijo "solo hay dos opciones para quienes hacen eso: 1 - te caes irremediablemente al piso, trabada en tus propios pasos; 2 - descubrís que tenes alas y empezas a volar... No conozco a nadie que tenga alas..."
La niña, al escuchar estas palabras miro a su interlocutora con extrañeza. Se soltó y comenzó a correr más rapido que antes.
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