lunes, 19 de abril de 2010
Tres Puertas / Una Sola Puerta Abierta (Manolillo Chinato)
Una sola puerta.
Enfrente, la montaña.
Pasa la nube inmensa;
toda suya... todo suyo.
Huracanes de vientos;
lluvia andante semiparalela
y en todo el monte funerales alegres, naturales,
de hojas muertas.
Los cabellos terráqueos danzan todos iguales
al son de trompetas invisibles que vienen de los mares.
Llegó el otoño; llegó la muerte...
¡Mas no para todos!
Hoy morirán hojas y animales.
Mas no morirán para siempre y, en su transformación de mañana
darán
con más calor
a la tierra,
de su muerte,
pasado mañana,
brotes de espeanza.
Y yo no he muerto.
Me alegro de la lluvia
y me alegro del viento.
Si tengo frío, me caliento;
si tengo miedo, ¡Que no lo tengo!,
susurro y pienso...
y para mañana
ya me he comido mi pequeña ración de esperanza.
Una sola puerta de tres, abierta.
Una sola puerta inmensa.
domingo, 11 de abril de 2010
algo que escribi para la facultad y me gusto
Consigna: a partir de la frase "Siempre que llovió paró" escribir dos textos, uno en prosa y uno lirico.
Estos son los mios, enjoy!
Abandonada a su suerte Mariela miraba la calle, el agua le llegaba a la cintura, la ropa estaba arruinada…. Su pie rozo algo de textura extraña y ella decidió no prestarle atención, los zapatos también estarían destruidos…
-Mierda – dijo en voz alta, para si misma – Lo único que me faltaba para que este día sea absolutamente perfecto…
La voz le temblaba, todavía no había decidido si era por el frío o si las lagrimas que corrían por su rostro tenían algo que ver.
De manera concienzuda caminaba “a ver si me caigo en una boca de tormenta y encima me muero ahogada como una boluda…, aunque hoy por hoy, no hay tantas bocas de tormenta sino estas inundaciones no pasarían” pensaba mientras seguía su camino, buscando alguna calle por la que el agua no estuviera tan alta a ver si, con suerte, había algún colectivo que fuera derecho por Rivadavia. “Siempre hay algún colectivo que va por Rivadavia” pensaba para confortarse.
Ya hacia dos horas que llovía y una hora que ella estaba vagando. ¿Por qué había decidido salir caminando igual? No lo tenia muy claro, pero últimamente se encontraba muy seguido dando vueltas sin sentido.
Miro en todas direcciones, seguía avanzando solo guiada por el ir y venir de su pensamientos… pasó un rato largo hasta que se dio cuenta que su rostro estaba seco. Miro al cielo y noto que la lluvia también había cesado.
A lo lejos encontró gente, había uno de esos camiones que manda el gobierno para succionar el agua de las calles. Se acerco, pidió indicaciones y se dio cuenta de lo cerca que estaba de la casa de un pariente, o amigo de la familia, decidió ir allí (seria mas fácil pedir asilo por una noche que tratar de llegar en ese estado a su casa). La perspectiva de una cara afectuosa y una ducha caliente guiaron sus movimientos. La lluvia había cesado.
****
Dañada
Astillada
Lloraba, rugía, gritaba y se retorcía
Sus ojos mojaban montañas,
Sus quejidos retumbaban en los mares
Sus luces brillaban en los cielos
Y todo su ser afectaba a quienes le escucharan.
¿Quién no esta mal un día de lluvia?
¿Quién no llora bajo su consuelo?
¿Quién deja que esta pase sin pensar
“que lindo estar durmiendo”?
Nos gusta su sonido
Nos gusta su juego
Nos permite la nostalgia